Cobardías, deserciones y otros milagros (3)

De nuevo volvemos a encontrarnos con 2 canciones sin estribillo:

En esta entrega sobre cobardes y desertores vamos con una canción original de 1954. Y también con una de sus versiones, publicada en 1983, que incorpora cambios realmente significativos; de hecho, ni la música ni la letra de ambas canciones se parecen, sólo guardan ciertas similitudes. Eso sí, las dos se desarrollan en formato carta, dirigidas al máximo mandatario francés, el Presidente de la República, puesto que ambos autores son también franceses.

La letra de la canción original fue escrita por Boris Vian. En aquel momento, la opinión pública estaba muy sensibilizada en contra de tanta guerra (la 2ª guerra mundial, la guerra de Indochina que Francia estaba a punto de perder, la guerra de Argelia que estaba a punto de empezar), lo que hizo que la canción tuviera mucha aceptación. Su audaz mensaje no impide un correctísimo y respetuoso tratamiento hacia su destinatario, el presidente de la República Francesa, René Coty en aquellos momentos. Pero para el mundo del año 1954 fue una auténtica provocación, una osadía que enseguida fue censurada en toda Francia hasta 1962, hasta que terminó la guerra de Argelia. Son famosos los escritos que se cruzaron Paul Faber, el instigador de su censura, y nuestro autor.

– El original –

Le déserteur – Boris Vian

LE DÉSERTEUR
Monsieur le Président,
je vous fais une lettre
que vous lirez peut-être
si vous avez le temps.
Je viens de recevoir
mes papiers militaires
pour partir à la guerre
avant mercredi soir.
Monsieur le Président,
je ne veux pas la faire,
je ne suis pas sur terre
pour tuer des pauvres gens.
C’est pas pour vous fâcher,
il faut que je vous dise,
ma décision est prise,
je m’en vais déserter.
Depuis que je suis né
j’ai vu mourir mon père,
j’ai vu partir mes frères
et pleurer mes enfants.
Ma mère a tant souffert
Qu’elle est dedans sa tombe
et se moque des bombes
et se moque des vers.
Quand j’étais prisonnier
on m’a volé ma femme,
on m’a volé mon âme
et tout mon cher passé.
Demain de bon matin
je fermerai ma porte
au nez des années mortes,
j’irai sur les chemins.
Je mendierai ma vie
sur les routes de France,
de Bretagne en Provence,
et je dirai aux gens:
Refusez d’obéir,
refusez de la faire,
n’allez pas à la guerre,
refusez de partir.
S’il faut donner son sang
allez donner le vôtre,
vous êtes bon apôtre,
Monsieur le Président.
Si vous me poursuivez,
prévenez vos gendarmes
que je n’aurai pas d’armes
et qu’ils pourront tirer.
EL DESERTOR
Señor Presidente,
le escribo una carta
que tal vez lea
si tiene tiempo.
Acabo de recibir
mis papeles militares
para partir a la guerra
antes del miércoles por la noche.
Señor Presidente,
no la quiero hacer,
no estoy en este mundo
para matar a pobres gentes.
No es para enfadarle,
tengo que confesarle
que mi decisión está tomada,
voy a desertar.
Desde que nací
vi morir a mi padre,
vi partir a mis hermanos
y llorar a mis niños.
Mi madre sufrió tanto
que está en su tumba
y se burla de las bombas
y se burla de las lombrices.
Cuando estaba prisionero
me robaron a mi mujer,
me robaron mi alma
y todo mi querido pasado.
Mañana muy temprano
cerraré mi puerta
en las narices de los años perdidos,
iré por los caminos.
Mendigaré mi vida
por las carreteras de Francia,
desde la Bretagne a la Provence,
y le diré a la gente:
Negaros a obedecer,
negaros a hacerla,
no vayáis a la guerra,
negaros a partir.
Si hay que donar sangre
vaya a dar la suya,
usted que tanto predica,
Señor Presidente.
Si manda que me persigan,
prevenga a sus guardias
que no tendré armas
y que podrán disparar.

Esta canción es un himno, un estandarte reconocido del anti-militarismo a nivel internacional.

Tal y como aseguran aquí y aquí, la última estrofa de la canción era originalmente así:

Si vous me poursuivez,
prévenez vos gendarmes
que j’emporte des armes

et que je sais tirer
Si manda que me persigan,
prevenga a sus guardias
que llevo conmigo armas

y que sé disparar

El autor modificó los dos últimos versos para evitar que el mensaje fuera demasiado «insurrecto», cambiándolos por unos con semblante más pacifista, un final que siguiera la línea del resto de la canción (¿o también fue la censura?). De todas formas, algunas de las versiones que se publicaron después, como ésta de Marc Robine, prefirieron este segundo final, con tintes más contestatarios.

Hubo más cambios exigidos para que se levantara la censura, con el fin de suavizar el mensaje, y que, con el paso de los años, han quedado como anécdotas. La versión aquí transcrita es considerada la definitiva.

– La versión –

Como ya os advertí al principio, la música y la letra de la original tienen poco que ver con ésta, a pesar de lo cual, es innegable que esta versión se ha basado en la canción de Boris Vian. No es tan cruda como la original, se trata de un alegato en contra del servicio militar obligatorio y contra las guerras en general. Pero tiene otros valores … reseñables.

Si la original era respetuosa y correcta, en ésta se tutea al presidente diciéndole las cosas a la cara, sin tapujos, se le trata como a un igual, sin guardar las formas. Pero de buen rollo, de forma desenfada, pasota, desafiante y descarada, con un lenguaje entre coloquial y barriobajero, como se supone que hablaban entre sí los jóvenes de aquel tiempo (en realidad, los jóvenes de cualquier tiempo), un lenguaje lleno de expresiones y giros con segundas lecturas e intenciones. El autor, Renaud Séchan, es un reputado artista francés que, a través de su obra, ha criticado el modelo de sociedad occidental en numerosas ocasiones, utilizando, a menudo, una jerga a medio camino entre lo divertido y lo intencionadamente chabacano.

El entonces presidente de la República Francesa, a quien iba dirigida la carta, era François Miterrand.

DéserteurRenaud

LE DÉSERTEUR
Monsieur le président,
je vous fais une bafouille
que vous lirez sûrement
si vous avez des couilles.
Je viens de recevoir
un coup d’fil de mes vieux
pour m’prévenir qu’les gendarmes
s’étaient pointés chez eux
J’ose pas imaginer
c’que leur a dit mon père
lui, les flics, les curés
et pis les militaires
les a vraiment dans l’nez,
p’t-être encore plus que moi,
dès qu’il peut en bouffer
l’vieil anar’ y s’gêne pas
l’vieil anar’ y s’gêne pas.
Alors y parait qu’on m’cherche,
qu’la France a besoin d’moi,
c’est con, j’suis en Ardèche,
y fait beau, tu crois pas.
j’suis là avec des potes,
des écolos marrants,
on a une vieille bicoque,
on la retappe tranquillement.
On fait pousser des chèvres,
on fabrique des bijoux,
on peut pas dire qu’on s’crève,
l’travail, c’est pas pour nous.
On a des plantations
pas énormes, trois hectares,
d’une herbe qui rend
moins con.
Non, c’est pas du Ricard.
Non, c’est pas du Ricard.
Monsieur le président,
je suis un déserteur
de ton armée de glands
de ton troupeau d’branleurs.
Ils auront pas ma peau,
toucheront pas à mes cheveux,
j’saluerai pas l’drapeau,
j’marcherai pas comme les boeufs.
J’irai pas en Allemagne
faire le con pendant douze mois
dans une caserne infame
avec des plus cons qu’moi.
J’aime pas recevoir des ordres,
j’aime pas me lever tôt,
j’aime pas étrangler le borgne,
plus souvent qu’il ne faut,
plus souvent qu’il ne faut.
Puis surtout c’qui m’déplait
c’est que j’aime pas la guerre
et qui c’est qui la fait
ben c’est les militaires.
Ils sont nuls, ils sont moches
et pis ils sont teigneux,
maintenant j’vais t’dire pourquoi
j’veux jamais être comme eux.
Quand les Russes, les Ricains
Feront péter la planete
moi, j’aurais l’air malin
avec ma bicyclette,
mon pantalon trop court,
mon fusil, mon calot,
ma ration d’topinambour,
et ma ligne iMaginot,
et ma ligne imaginot
Alors me gonfle pas
Ni moi, ni tous mes potes
Je serai jamais soldat
J’aime pas les bruits de bottes.
T’as plus qu’a pas t’en faire
Et construire tranquillos
Tes centrales nucléaire
Tes sous-marins craignos
Mais va pas t’imaginer
monsieur le président
que j’suis manipulé
par les rouges ou les blancs,
je n’suis qu’un militant
du parti des oiseaux,
des baleines, des enfants,
de la terre et de l’eau,
de la terre et de l’eau.
Monsieur le président,
pour finir ma bafouille,
j’voulais t’dire simplement
ce soir on fait des nouilles
a la ferme c’est l’panard,
si tu veux, viens bouffer
on fumera un pétard
et on pourra causer,
on fumera un pétard
et on pourra causer.
EL DESERTOR
Señor presidente,
le escribo una misiva
que seguramente leerá
si tiene usted pelotas.
Acabo de recibir
una llamada de mis viejos
para prevenirme que los guardias
se habían presentado en su casa.
No me atrevo a imaginar
lo que les habrá dicho mi padre
a él, que los policías, los curas
y además los militares
le resultan insoportables,
seguramente más que a mí,
desde que puede pasar de ellos
el viejo anarquista ni se molesta,
el viejo anarquista ni se molesta.
Así que parece que se me busca,
que Francia me necesita,
qué putada, estoy en Ardèche,
hace buen tiempo, aunque no lo creas.
estoy aquí con los colegas,
ecologistas divertidos,
tenemos una vieja choza,
la vamos rehabilitando tranquilamente.
Criamos cabras,
fabricamos joyas,
se puede decir que no nos agotamos,
el trabajo no está hecho para nosotros.
Tenemos plantaciones
no demasiado enormes, tres hectáreas,
de una hierba que te vuelve
menos gilipollas.
No, no es Ricard.
No, no es Ricard.
Señor presidente,
soy un desertor
de tu ejército de capullos
de tu manada de pajilleros.
No conseguirán mi piel,
no tocarán mis pelos,
no saludaré la bandera,
no desfilaré como ganado.
No iré a Alemania
para hacer el gilipollas doce meses
en un cuartel infame
con otros más gilipollas que yo.
No me gusta recibir órdenes,
no me gusta levantarme temprano,
no me gusta hacerme pajas,
más a menudo de lo necesario,
más a menudo de lo necesario.
Y sobre todo, lo que más me desagrada
es que no me gusta la guerra
y aquellos que la hacen
pues son los militares.
Son nulos, son feos
y además son tiñosos,
ahora voy a decirte por qué
no quiero ser nunca como ellos.
Cuando los rusos, los yankis
Hagan explotar el planeta
yo, tendría pinta de idiota
con mi bicicleta,
mi pantalón demasiado corto,
mi fusil, mi gorra,
mi ración de patacas,
y mi Línea iMaginot,
y mi línea imaginot
Así que no me chinches
ni a mí, ni a mis colegas
no seré nunca soldado
no me gusta el ruido de las botas.
Ya no tienes nada de qué preocuparte
y (podrás) construir tranquilamente
tus centrales nucleares
tus submarinos de mala muerte.
Pero no vayas a imaginarte
señor presidente
que estoy siendo manipulado
por los rojos o los blancos,
no soy más que un militante
del partido de las aves,
de las ballenas, de los niños,
de la tierra y del agua,
de la tierra y del agua.
Señor presidente,
para terminar mi epístola,
me gustaría decirte simplemente que
esta noche haremos fideos,
en la granja, eso es un manjar,
si te apetece, ven a zampar
fumaremos un petardo
y podremos charlar,
fumaremos un petardo
y podremos charlar.

Cuando me propuse incorporar esta 2ª canción, su letra y su traducción a esta entrada, me encontré con que no había en La Red otras traducciones del francés al castellano de las que partir; por eso, y debido a la dificultad que ha supuesto descifrar la multitud de expresiones con sentido figurado o dobles sentidos que contiene, es muy probable que contenga algunos errores puntuales, que os invito a que me corrijáis en los comentarios.

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3 respuestas a Cobardías, deserciones y otros milagros (3)

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  2. Xuan dijo:

    Mui buenu, Flitipoo, impresionado me has. Se me ponen los pelos de punta col artículu, collaciu, será qu’ún vieyu como yo cada día ta sintiéndose más llibertariu, como los autores de esti tema tan guapu y tan reivindicativu, que por munchos años que pasen, sigue tando plenamente vixente.

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